Nuevos hallazgos de fauna en expedición científica al Parque Nacional Natural Serranía de los Yariguíes

Durante una salida de campo llevada a cabo en marzo de este año, investigadores del departamento de biología de la Universidad Nacional, Sede Bogotá, registraron cuatro especies de aves endémicas, como la rara "Perdiz Santandereana" (Odontophorus strophium), la "Cotorra Montañera" (Hapalopsittaca amazonina), de la cual no se tenían registros para la parte norte de la Cordillera Oriental, el "Inca Negro" (Coeligena prunellei), colibrí cuyo último registro se había dado hacia 1980 y el "Torito Capiblanco" (Capito hypoleucus), nunca antes registrado para esta zona.

Pero los hallazgos no se limitaron a las aves, pues se encontraron seis especies de reptiles no reportadas con anterioridad para el Parque, entre lagartos y serpientes, de los géneros Anolis, Cercosaura, Ptychoglossus, Atractus, Liophis y Pseustes.
El Parque, cuya declaratoria es relativamente reciente, protege un patrimonio faunístico cuya magnitud está por establecerse. En este sentido es fundamental la articulación entre la Academia y la autoridad ambiental, para generar conocimiento que permita mejorar continuamente su manejo y protección en el futuro.
Estas observaciones motivan a los investigadores y a Parques Nacionales, para seguir trabajando en el desarrollo de la línea de caracterización de la base natural, que se encuentra priorizada en la Estrategia Nacional de Investigación de Parques Nacionales Naturales.
Generalidades del Parque Nacional Natural Serranía de los Yariguíes
El Parque Nacional Natural Serranía de Los Yariguíes, está localizado sobre el costado occidental de la cordillera oriental colombiana, y se constituye en una unidad bien diferenciada sobre sus estribaciones. Esta en jurisdicción de siete municipios: el Carmen de Chucurí, Hato, Simacota, Santa Helena del Opón, Galán, Chima y San Vicente de Chucurí, en el departamento de Santander.
La vertiente occidental es bastante húmeda debido a la nubosidad del río Magdalena, que se descarga sobre la serranía, dando origen a tipos de bosques que van desde el bosque húmedo tropical hasta los bosques altoandinos; la vertiente oriental es más seca y por ella descienden quebradas de poco caudal.
El sector oriental ha sido reconocido como un refugio biológico de gran importancia ecológica y como un centro de endemismos de aves, con nueve especies: cuatro en la parte seca y cinco en la parte más húmeda al sur, registrados a través del programa Áreas de Endemismo de Aves (AEA) liderado por BirdLife International.
El área cuenta con un sistema hídrico abundante, del cual dependen más de 20 municipios. Está conformado por tres cuencas hidrográficas: cuenca del río Sogamoso, cuenca del río Suárez y cuenca del río Opón. La primera, formada por la confluencia de los ríos Chicamocha y Suárez, desemboca en la parte media del río Magdalena por la margen derecha, siendo su mayor afluente.
Se calcula que gracias a la cantidad de ríos, quebradas y arroyos, las corrientes de la serranía vierten al río Magdalena más de 17'000.000 de metros cúbicos al año. La flora del Parque es rica y diversa.
En las elevaciones superiores se encuentran bosques húmedos tropicales, bosques subandinos, bosques andinos, subpáramos y páramos que encierran una gran variedad y riqueza de ecosistemas en donde se pueden apreciar algunas especies de flora que la ciencia apenas está empezando a conocer e identificar. Se destacan el roble (Quercus humboldtii), el caracolí (Anacardium excelsum), el guaque (Clusia sp.), el guamo (Inga sp.) y el móncoro (Cordia alliodora).
En el inventario de diversidad realizado en la Serranía de Los Yariguíes en el año 2000, se encontraron 37 especies en riesgo, entre ellas: el caracolí (Anacardium excelsum); el laurel (Anibapuchury minor), por el uso de la madera; el sarro cicutilla (Dicsonia sellowiana), por la extracción de la raíz; y la piruja (Dictyocaryum lamarckianum), utilizada para la construcción.
La fauna del Parque se caracteriza por su diversidad de especies, alto grado de endemismo y alta presencia de especies amenazadas y en peligro de extinción. El área ha sido reconocida por su importancia biológica, especialmente en aves, entre las que figuran: el paujil copete de piedra (Pauxi pauxi), la perdiz santandereana (Odontophorus stropium), el carpintero (Melanerpes chrysauchen) y el hormiguero (Habia gutturalis).
Entre las especies de aves endémicas figuran: Capito hypoleucus, Coeligena prunelli y Pionopsitta pyrilia. Existe un total de 88 especies de mamíferos, entre ellos: el mico churuco (Lagothrix lagothricha lugens), las chuchas (Gracilinanus dryas y Marmosa xerophila), el tigrillo (Leopardus tigrinus), el jaguar (Panthera onca), el puma (Puma concolor) y el oso de anteojos (Tremarctos ornatus). Se registran 49 especies de anfibios, entre ellos una especie de salamandra y 14 especies de ranas arbóreas. Entre las 40 especies de reptiles del área hay 19 de lagartos, 19 de serpientes, dos de tortugas y una de caimán.

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